Esta quietud abrumadora y la taza de café sobre la mesa, todo ha sido amorosamente dispuesto, el mantel prolijamente alisado, tomado en sus esquinas la forma perfecta de la mesa. Hay silencio de uno, para degustar el sabor amargo de la soledad.
Ángeles Charlyne
Artista Plástica y Escritora
Argentina
domingo, 15 de marzo de 2009
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